¿Qué es eso del Yin y del Yang?


Teoría del Yin Yang 


El yin y el Yang son conceptos del taoismo, una antigua filosofía china que considera que todo cuanto existe es una manifestación del Tao, que se podría traducir como "orden cósmico". Ya que esto es muy vasto, se usa la ley del Yin-Yang para describir los fenómenos. Según esa ley, cada fenómeno, cada proceso resulta de un equilibrio dinámico entre dos fuerzas opuestas. Ningun objeto o concepto escapa de esta polaridad, y sólo existe porque se complementa con su polo opuesto. Así, la noche tiene que existir para definir al día, el calor sólo se entiende porque existe el frío, y el vacío y el lleno son dos caras de una misma moneda.
Lo interesante, es que esta polaridad no se tiene que entender como guerra, sino como complementariedad: Yin y Yang se nutren mutuamente y no tienen razón de existir si no es por su opuesto. Cuando un polo crece, el otro disminuye. Cuando un polo llega a su máximo, en su máxima expresión lleva la semilla de su opuesto: así la polaridad se invierte y el otro polo vuelve a ser protagonista. El símbolo del ying-yang representa esta interacción cíclica y dinámica que conocemos de vista pero sin entender muy bien su significado. 
Este tipo de funcionamiento es común en los sistemas físicos (dualidad onda/partícula; conversión de energía potencial en energía cinética; electromagnetismo) y en los sistemas biológicos (simpaticotonía-parasimpaticotonía; ejes hormonales, por ejemplo insulina/glucagon; vigilia-sueño)

 
El Yang es el polo activo: simbolizado por la parte blanca del símbolo, se asocia a la energía, el día, la luz, el calor, el fuego, la primavera y el verano, el cielo, una expresión activa, y el aspecto masculino.
El Yin es el polo pasivo: simbolizado por la parte negra del símbolo, se asocia a la materia, la noche, la oscuridad, el frío, el agua, el otoño y el invierno, la tierra, una expresión pasiva, y el aspecto femenino.
Cualquier objeto o proceso tendrá una predominancia de Yang o de Yin, o aspectos más Yin o más Yang. Por ejemplo en una planta, la flor o el tallo son Yang respeto a la raíz, que es Yin. Y de la máxima expresión del Yang, la flor y el fruto, sale la semilla, que es Yin por ser todo potencial, almacenamiento, quietud … hasta que germina y se convierte en un brote, expresión dinámica del Yang…
Hay que tener en mente que estas clasificaciones no son nunca absolutas, pero relativas: una llanura en la altura es Yang si se compara con el valle que la bordea, pero es Yin si se compara con el pico que la domina.


Visión taoísta de la salud


Este movimiento cíclico de la energía entre el Yin y el Yang se observó primero en la naturaleza, y después en el hombre, y constituye la base para la visión taoísta de la salud: el equilibrio entre el Yin y el Yang. 

En la medicina china, esto tiene implicación a nivel de la descripción de los órganos y de las funciones vitales.
·         La energía es Yang, la materia (y por tanto la Sangre) es Yin.
·      Las vísceras (Pulmón, Hígado, Riñón…) son Yin (llenas, quietas, almacenan); las entrañas (Intestinos, Estómago, Vejiga, Vesícula…)  son Yang (huecas, en movimiento, elaboran).
·         El interior del cuerpo es Yin, la superficie es Yang.
·         El abdomen es Yin, la espalda es Yang.
·         Las partes altas (cabeza, hombros) son Yang, las bajas (pantorillas, pies) son Yin.

A nivel de funciones:
·         Elaborar es yang, asimilar es yin
·         Transportar es Yang, almacenar es yin
·         Transformar es Yang, dar forma es yin
·         Desarrollar es Yang, conservar es Yin.
·         Defender es Yang, regenerar es yin

Igualdad de oportunidades para el Yin y el Yang

Como comenta en Teresa Vernon en su inspiradora página,  “un principio fundamental del pensamiento taoísta es el respeto para los aspectos Yin de la vida. En nuestra cultura, muchos de  los aspectos Yin son temidos. La oscuridad se iguala muchas veces con lo malo y la muerte, la pasividad y la receptividad con la incompetencia y el fracaso, la feminidad con la debilidad y la dependencia. El Yin es sustancial, cohesivo, da profundidad y peso. Es pasivo, abierto, flexible y escondido.. Dejado a si-mismo, el Yin es inerte, o tiende a fluir hacia abajo siguiendo la gravedad. En interacción con el Yang, contiene y retiene, colecta y almacena y por ende, nutre y sostiene. Es el valle abundante del mundo.”
Sin embargo, nuestra cultura valora y recompensa en exceso las manifestaciones del Yang, como son la actividad, el consumo, el sobresalir, la extroversión, la agresividad y la competitividad, la racionalidad, el pensamiento lógico. Sin embargo, con un excesivo énfasis en estos aspectos, olvidamos que el Yang necesita ser soportado y nutrido por el Yin. Sin Yin no habría Yang…
Por eso en nuestra cultura las enfermedades debido a la predominancia del Yang y la insuficiencia de Yin están en constante aumento, debido a la elecciones de unos valores muy Yang y la falta de acogida de los valores Yin

Pistas para evaluar nuestra salud 


Reflexionar sobre cómo nos relacionamos con los aspectos más Yin o más Yang de nuestro cuerpo y de nuestra mente puede darnos pistas sobre dónde tiende a fallar nuestro equilibrio interno. Si pacientemente conseguimos integrar estos aspectos, observando como los patrones culturales o familiares pueden habernos desequilibrado y dónde nos encontramos menos a gusto, ya estaremos en el camino para volver hacia un comportamiento más equilibrado y por tanto más sano.  

Exceso de Yang: un exceso relativo de Yang se suele manifestar con calor, agitación, hambre, posiblemente estreñimiento, sed. Hay emociones fuertes como ira, alegria desbocada, ansiedad. A veces hay tanta proyección en el fúturo que cuesta disfrutar del momento presente, y puede haber egocentrismo y falta de empatía, con personalidad extravertida y dominante.

Exceso de Yin: un exceso relativo de Yin se suele manifestar como frío, apatía, poca hambre, puede haber diarrea o estreñimiento, no hay sed, poca energía física, indolencia. Puede haber unas defensas bajas o  Hay emociones paralizantes como la tristeza, el miedo, la preocupación. La energia mental puede estar volcada hacía el pasado lo que dificulta actuar efectivamente, y puede haber una excesiva preocupación por los demás lo que impide tomar las riendas de la vida propia. Hay más tendencia a la introversión y a una personalidad de tipo sumiso o pasivo. 


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