Ecología emocional: la Alegría, Xi (Yang)



La alegría es el dulzor de la vida, el calor del sol, el regocijo del corazón. Si el Agua es manifestación primaria del instinto vital, y el miedo, emoción del agua, la que se encarga de mantenernos con vida, el Fuego representa el florecimiento de la vida, la culminación del Yang, expansión del amor cósmico, y la alegría, su emoción, lo que hace que la vida valga la pena ser vivida. 


 Pero ¿se valen todas las alegrías? ¿Cuál es la visión de la Medicina China sobre la Alegría? ¿Por qué las personas con un Elemento Fuego desequilibrado ansían tanto la alegría y la conexión, y la consiguen tan difícilmente? ¿Cómo cuidar al Corazón y al más preciado tesoro que contiene, la paz, siguiendo las pautas de la ecología emocional?  



La alegría sagrada, alimento del alma


“Aléjame de la sabiduría que no llora, la filosofía que no ríe y la grandeza que no se inclina ante los niños”. Khalil Gibran

La alegría tiene como función espiritual primera la conexión: con la vida, con los demás, con Dios. Los niños, antes de sufrir la inevitable desconexión que surge de la cristalización de la personalidad e identificación con ella, incarnan totalmente la espontaneidad de la alegría de vivir, que es sin causa. La alegría nutre el alma a través de la belleza y del agradecimiento. Sin embargo, por traumas, desconexión, perdida de sentido, pereza espiritual,  es fácil perder esta alegría sagrada y caer en la búsqueda constante de una alegría desmedida a través de la gratificación de los deseos y sentidos. Esto sin embargo atora el Corazón y vuelve a la mente dispersa, robando toda paz interior. Esta alegría desmedida es a lo que los textos chinos se refieren como “Xi”.

 Xi: euforia, el fuego sin control. 



 “No hagas correr tu corazón como un caballo, o agotarás su energía. No hagas volar tu corazón como un pájaro, o lesionarás sus alas”. Guan Zi

Xi, a menudo traducido en textos ingleses como "alegría excesiva", puede traducirse como 'euforia' ya que xi corresponde al sentimiento de felicidad eufórica por ejemplo de las fiestas populares, donde abundan  comida, vino y música. Por lo tanto, es una alegría muy parecida a la agitación del fuego, mientras que el otro término utilizado en los clásicos - le- corresponde más al término «alegría», en referencia a un estado de paz y armonía por ejemplo durante rituales y ceremonias, o cualquier acción que se realice con un corazón tranquilo y amante. 


La acción de Xi es soltar el qi, lo agita sin control. La euforia o  alegría excesiva se expresa como un estado continuo de excitación, las personas eufóricas suelen hablar mucho y reír -pero no siempre con alegría. Estas personas son generalmente hiperactivas, comunican una sensación de nerviosismo, llenan sus vidas de compromisos y diversiones, y a menudo, cuanto más se agitan, más tienen que hacer. Un indicador específico de este síntoma es una risa leve al final de una oración, incluso cuando se están comunicando acontecimientos dolorosos (la risa pertenece al corazón). 


 
Si falta la paz, el componente Yin del Fuego, que es vivir la alegría sagrada de la vida más allá del placer y del dolor, el Fuego arde sin control y se pierde la dulzura de la vida sencilla. La vida se vuelve una montaña rusa entre la búsqueda del placer y la huida del dolor, se nubla la claridad, aparece el miedo y el apego, y paradójicamente, la falta de alegría porque siempre parece que se nos escapa algo más para ser feliz. 




Anahata, el don de la alegría sin causa 


El ayuno físico es superficial(…). Si suprimes el alimento físico y te sigues alimentando de todas las trivialidades de nuestra sociedad – las esperanzas, las esperas y las añoranzas- esta alimentación es mucho más nefasta que las grasas saturadas (…) El auténtico ayuno es el ayuno del corazón. Eric Baret. 

Eckart Tolle diferencia entre la alegría desde el ego, que viene condicionado por algo y puede convertirse en su contrario instantáneamente si la condición no se cumple (falso amor que se convierte en odio, alegría por un logro que se convierte en tristeza y decepción por un fracaso) y la paz radiante, que resulta del desapego respeto a las preferencias y a las aversiones, y al contacto íntimo con el Ser, lo único que puede brindar una dicha verdadera.

 En este sentido,  en la tradición yóguica se considera que a nivel de Anahata Chakra, el chakra del Corazón, es donde podemos aprender la neutralidad, el no reaccionar a los acontecimientos. Ahí es donde podemos librarnos de la dualidad placer/dolor, me gusta/no me gusta, bien/mal, todas estas cosas de la lógica binaria que nos encierran en la ley del karma (acción, reacción).

 Para las personas del Elemento Fuego más que para todos los demás la meditación es medicina y panacea. Sobre todo las meditaciones sobre el corazón compasivo nutren su profunda necesidad de unión, que cuando está mal entendida se queda en una búsqueda infantil de fusión, y, mal encauzada, deriva generalmente en trastornos en las relaciones de pareja y/o comportamientos adictivos.


Desequilibrio del elemento Fuego: pasión y adicción 


"Señor, dame castidad y templanza... pero no ahora " San Agustín ( de joven) 

Las personas del elemento Fuego necesitan la alegría pero por muchas razones no siempre la encuentran fácilmente; por ejemplo muchos payasos, cómicos, actores, que tienen un predominio del elemento Fuego y tienen en realidad carácter depresivo y /o trastornos de Corazón. Un ejemplo conocido es Robin Williams por ejemplo: sufrió varias operaciones de corazón, padeció depresión durante años y acabó suicidándose. También sufría un trastorno muy comun de las personas Fuego: la adicción ( en su caso, a la cocaina y el alcohol); las personas Fuego buscan constantemente estímulos externos para paliar la falta de alegría interna. La mayoría de las drogas (alcohol, nicotina, marihuana, cafeína, cocaína, etc.) activan el Corazón y agotan su lado Yin; en un círculo vicioso, cada vez es más difícil recobrar la paz y cada vez hay más necesidad de estímulo para tapar el vacío esencial escondido en el corazón. 



  
Por otra parte, las personas con mucho elemento Fuego en ellas anhelan el contacto pero no siempre se sienten cómodas en la intimidad. Eso suena paradójico, pero la relación (y en particular la relación sentimental) para alguien Fuego puede ser, por su tendencia a la fusión, un sitio donde pierda su sentido de individualidad. Puede fácilmente oscilar entre el apego total y el rechazo completo por lo vulnerable que le hace sentir su falta de límites (tiende a sentir los problemas y emociones de los demás como suyos y volcarse en exceso hacia afuera en su afán de conexión).  

 Por otro lado, el sentimiento efervescente del enamoramiento también puede tener un efecto parecido a las drogas, estimulando la alegría del Corazón desde la fantasía, y de hecho hay personas que son “adictas” a enamorarse, a la febrilidad de los primeros tiempos, pero pierden rápidamente el interés y necesitan buscar otro estímulo para aplacar su falta de quietud interna.

Cuando el Yin de Corazón se desequilibra a favor del Yang, se produce agitación interna, la persona se queja de no poder concentrarse, de dormir mal, de sentir latir el corazón muy rápido o muy fuerte. o  en casos agudos no tiene sentido de donde realmente está o no puede reconocer su rol en lo que sucede a su alrededor. En casos extremos, las diversas partes de la personalidad se fragmentan explosivamente; estos son estados delirantes de psicosis donde el paciente pierde todo sentido de la realidad.

3 ejercicios fáciles para recuperar la conexión con el Corazón



En Kundalini Yoga hay muchas kriyas para trabajar Corazón.  Aquí os dejo mis tres ejercicios preferidos para liberar y sedar la energía de Corazón. 


Abrir el Chakra del Corazón en cinco minutos







Inhalar con los labios fruncidos, como silbando.
Exhalar por la boca abierta como una HHHHHHAAA, (como empañando gafas con el aliento).


Liberar la energia del pecho





Colocar manos delante del pecho: palma izquierda mira hacia afuera, palma derecha hacia dentro. Realizar el mudra de oso solapando los dedos, y enroscando ambas manos. Activar suavemente el mudra estirando de los codos a los laditos. Desde ahí, inhalar subiendo codo izquierdo y bajando derecho, y exhalar al volver. El mudra se queda delante del centro del corazón. Respirar rítmicamente y con fuerza. Para acabar, inhalar parando el movimiendo en el centro (antebrazos horizontales), retener activando un poco más el mudra (codos estiran hacia los laditos) y activando suelo pélvico (cierre de raíz, Mulabhanda, activando esfínter anal y urogenital). Exhalar y relajar. 



Meditación: Corazón en calma


La palma izquierda, que tiene polaridad receptiva y emocional, se coloca en el centro del pecho, con la intención de crear una profunda calma en ese punto. La mano derecha, que simboliza la acción y el análisis, realiza un mudra receptivo y relajado y se encuentra en posición de apertura hacia el mundo. El mensaje de la postura podría ser: “Inspiro mi acción equilibrada desde el sentir de mi corazón en paz”. Es una meditación perfecta para principiantes, que tonifica corazón y pulmones y abre la  puerta hacia el aspecto sutil de la respiración.  

Mudra:
Colocar la mano izquierda en el centro del pecho a la altura del centro del corazón. La palma queda plana sobre el pecho, dedos en la horizontal y señalando hacia la derecha. La mano derecha está en Gyan mudra, (yemas de pulgar e índice en contacto, los demás dedos estirados).
Levantar la mano derecha a la altura del hombro, palma mira hacia delante, codo relajado cerca del torso y el antebrazo en posición perpendicular al suelo.
Postura:
Sentadx en postura fácil o en una silla, con la espalda recta.
Concentración:
Los ojos están cerrados, mirada relajada al entrecejo, o mirando hacia delante de manera desenfocada con los ojos medio abiertos.
Respiración:
Concentrarse en el flujo de la respiración. Empezar a observar el momento donde la respiración cambia de polaridad, la pausa que se produce entre la inhalación y la exhalación y entre la exhalación y la inhalación. Percibir la quietud absoluta de este instante, y a través de la atención, permitir que se vaya poco a poco dilatando, sin forzar desde la voluntad sino permitiendo que el silencio y la quietud de la retención te acojan en lapsos cada vez más largos. La respiración es tranquila y no dificultosa, si algo se tensa es que te estás excediendo en las retenciones.
Para finalizar, inspirar y expirar con fuerza tres veces.

BIBLIOGRAFIA


-Entre el Cielo y la Tierra, Los Cinco Elementos en la Medicina China (Harriet Beinfield, Efrem Korngold) 
-Dejar la luna libre (Eric Baret)
-Psychoemotional aspects of Chinese Medicine (Elisa Rossi)
-Power of the Five Elements (Charles A. Moss)
-Five Elements, Six conditions. (Gilles Marin)




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